Introducción


Ya que además pienso que los libros a parte

Contexto Histórico Artístico
La encuadernación une el conjunto de hojas. La operación consiste en coser los cuadernos con hilo de seda amarillo, con cáñamo o con correíllas de pergamino según el lugar donde se haga, utilizando desde

Hay una posibilidad de que la encuadernación se convierta en una obra de arte y el encuadernador por tanto en artista.
La encuadernación ha buscado su inspiración en las demás artes aplicadas o en el contenido del mismo libro, limitado por el material utilizado.
A principios del siglo XIII comienza a tomar importancia el libro referido al estudio en las universidades así que se idea un sistema de dividir el ejemplar en cuadernos. El pergamino utilizado en la confección de los manuscritos en la baja edad media es más blando y delgado que en libros de anteriores producciones, su formato disminuye y el papel comienza a ser el material que se utiliza para la escritura. Esta forma

El pautado del pergamino suele ser a punta de plomo y el tamaño es bastan te variado, según el tipo de texto. Los cuadernos suelen ser de 8 a 10 páginas. Aunque al utilizar el papel aumenta el número


Lopez serrano enumera los tres ejemplares de este estilo en España; los dos del museo episcopal de Vich y un códice de la farsalia de lucano en la catedral de Segovia, donde muestra unos elementos decorativos relacionados con las telas hispanoárabes y miniaturas mozárabes.
Las encuadernaciones ricas llamadas de altar u orfebrería por su precio


Todos los ejemplares conservados son de cubiertas de evangeliarios de origen bizantino con figuras como los tetramorfos o los cuatro evangelistas, el pantocrátor o la crucifixión.
La encuadernación gótica es, bajo el punto de vista técnico una continuación del románico. Hay una mayor difusión del libro por lo que se multiplican los talleres y los grabadores en metal se multiplicaran en varias formas y motivos de los hierros, en la época de los siglos XIV y XV. Estos hierros eran excavados, es decir, con huella en relieve, y los libros de gran tamaño. Se utiliza uno o varias líneas para formar un marco que señalará el camino para que los hierros alineados formen el borde.
En la encuadernación gótica el espacio central está dividido con figuras geométricas, con menor espacio para los hierros o quedaba libre para una gran figura central.
Las formas de los hierros las da el mundo vegetal, con o sin valor simbólico: rosas y lirios, hojas de encina, bellotas, floreros… también abundan imágenes de animales o seres humanos con iconografía realista, mitológica, sacra y profana. Mayor naturalismo que en la encuadernación románica. También abundan caracteres góticos formando un texto, ya que sobre esta época se empieza a colocar el titulo sobre la tapa, con el nombre

En España solo

Los ejemplares góticos más famosos son:
· La regla de San Benito, con serie de hierros inspirados en la heráldica, con águilas, leones, castillo y lises. Se considera la mejor muestra del gótico español
· Una encuadernación de Vich y el Cançoner dels Comtes d´Urgell en la catedral de Burgos, el códice de Las siete partidas. Con camisa de terciopelo morado y bordado con broches de esmaltes de extremada figura que por su cubierta de cuero gofrado.
· La catedral de pamplona posee unos libros que utilizan como motivo básico un hierro con la que será llamado rosa tudor entre

· El Breviario de Isabel la católica en El Escorial
· El Misal Miniado de la Capilla Real de Granada de origen flamenco
El verdadero florecimiento de la encuadernación española reside en la llamada encuadernación mudéjar, esta

Ya que España apenas tiente presencia en la encuadernación gótica en planchas, la encuadernación mudéjar no se distingue de la puramente gótica contemporánea por aspectos técnicos, sino a causa de los elementos decorativos. La encuadernación del c códice se sigue basándose en el cosido con nervios de los cuadernos de pergamino o de papel, en las tapas de madera, broches metálicos o de cuero y clavos que cuando se llevan, no reciben la misma clase de decoración que las tapas. En el siglo XV España introduce en Europa las tapas ligeras de papelón o cartón fabricado con desechos de papel o engrudo heredadas de los árabes.
La decoración utiliza en estos dos casos el trazado a presión de líneas paralelas que dibujan cintas y la estampación de trozos pequeños de hierro con la técnica del estezado o hierros escavados que se gravan fríos sobre la piel previamente humedecida y el gofrado que consiste en hierros calientes que se gravan a presión sobre la piel seca dejando una huella más o menos tostada.
Tres son los elementos decorativos sobre los que se sustenta la encuadernación mudéjar: las lacerías o cintas que se entrecruzan y dividen los planos del as tapas en espacios menores o perfilan los espacios; los pequeños hierros de cuerda o de cordoncillo dibujados con dos líneas paralelas unidas por otras oblicuas dando la impresión de cuerda serpenteante y las combinaciones más sorprendentes.
La variedad en la encuadernación mudéjar se basa en la fantasía, de tradición árabe para mover las cintas o lazos en sus combinaciones geométricas y en la gran variedad de hierros pequeños. Acentúan el contraste entre luces y sombras y pone a la vista el color de la piel, la mayoría de las veces teñida de rojo oscuro y muy pocas veces de otros colores más claros, el elemento principal son los lazos y dado el característico arte decorativo musulmán que trasmitía una sensación con los puntos y círculos en plata o dorados de vida. Existen bastantes ejemplares con huellas en dorado en las encuadernaciones del siglo XV, aunque no es seguro que se utilizase la técnica del dorado. Muchos de ellos se perdieron debido a la reencuadernación de los manuscritos.
Toledo, Barcelona y Salamanca debieron ser las sedes con mayor cantidad de talleres o por lo menos los más activos, Esta riqueza obliga a clasificarlos en tres grupos según Miquel y Planas:
· Independientes, está basándose en la decoración de modelo toledano que engloba los ejemplos de motivos centrales de lacería y modelo catalán para las decoraciones compuestas por polígonos en su espacio
· series para orlas
· series para fondos
Existen tres grandes grupos según Hueso Rolland:
· el toledano, con un rosetón central formado por una cinta que cuaja en figuras poligonales o estrelladas y con el complemento de hierros de cordoncillo y de obras de punzón.
· El salmantino, donde predominan las formas rectangulares y el uso de Marroquín granate
· El gótico-mudéjar que es seguido por las encuadernaciones de la corona de Aragón de laceria que dibujaba en un espacio central y en gran relieve con la cruz de san Jorge en las de origen catalán con botones de oro en los de tipo heráldico. Un ejemplo es las encuadernaciones de Guadalupe que pertenecen a este grupo.
Esto quiere decir que la encuadernación mudéjar no era una forma de sustituir a la gótica sino que era la manera española de interpretar el gótico.
Según López Serrano lo clasifica de una manera libre.
En cualquier caso existe una evolución de lo más simple a lo más complicado: un uso de hierros de cordoncillo, lacerias solo en orlas o lacerias en todo.
Es notable el origen árabe de las encuadernaciones y se divide en dos grupos en el tiempo. El primero es el más antiguo, cubre los planos de las tapas con lacerias de distintos trazados geométricos incluyendo hierros de relleno y puntos y botones cincelados y la encuadernación mudéjar que sería herencia de la primera. Existen diferencias más que notables entre la encuadernación islámica y la mudéjar, esta
El origen de los cordoncillos, normalmente en forma de S se encuentra en el arte copto y en los mosaicos romanos y bizantinos.
En resumen la encuadernación mudéjar es una continuación del arte hispanomusulmán, siendo este un arte popular, ornamental y anteclásico que perdurara en el tiempo.
La procesión del encuadernador estuvo muy ligada a la del librero y al proveedor de códices e incluso al copista y el miniaturista. La encuadernación mudéjar estuvo a cargo de los judíos sobretodo, fueran o no conversos y los importantes debieron estar presentes en las principales ciudades principales de los reinos de España.
La encuadernación románica de los siglos XII y XIII, aunque el término se utiliza sobre todo para los ejemplares con decoración gofrada.
No hay muchas de estas encuadernaciones de esta época conservadas en España a causa de las guerras y las invasiones, también a causa de la costumbre de reencuadernar los libros bien por necesidad o por moda, dotando al libro de otra apariencia.
Técnicas decorativas de la encuadernación
Los tipos de técnicas para encuadernar los manuscritos que se han utilizado son:
· Cubiertas de las tapas de planchas de metales preciosos o marfil, con esmaltes y piedras preciosas, tapas de madera tallada, esto no correspondía al encuadernador.
· El gofrado es la técnica más antigua de la decoración de la piel que cubren el lomo y las tapas del libro y consiste en el grabado, o en la impresión de imágenes labradas que darán una huella negativa o escavada en positivo. Los moldes se aplican calientes y en seco, es decir, sin color, su belleza esta en encontrar el color tostado y que tengan el volumen y profundidad adecuados.
· El dorado. Es la misma técnica que el anterior con el añadido de panes de oro para cubrir la huella de los hierros.
· El coloreado se ha utilizado desde la edad media en las encuadernaciones ricas por medio del esmalte o de la aplicación de piedras preciosas y semipreciosas.También será utilizado el jaspeado y el marmoleado de las pieles a base de manchas y vetas de bonitos colores
· El mosaico o dibujo con pieles de distintos colores
· El entelado para usos de tejados como cubierta o sobrecubierta en terciopelo, lo que se trataba de una protección de lujo.
Ejemplos de libros
Algunos de los ejemplos de libros anteriormente citados y algunos que son de una belleza increíble en cuanto a sus tapas:
Encuadernación tallada en madera del siglo XII. Gerona, en el Museo de la Catedral

Es una de las tapas de la antigua encuadernación del beato llamado de Gerona.
Es una talla románica en madera de nogal, con el pantocrátor tallado en el centro y rodeado de una decoración en ataurique.
Misal de San Rufo. Tortosa, Catedral, es del siglo XII, realizado en pergamino.

En una encuadernación de orfebrería catalana del siglo XIII, hecha en madera chapeada de plata y con esmaltes en los cuadros centrales.
Característica por sus motivos centrales que representa la crucifixión de cristo y sus inscripciones en los planos y orlas.
Evangeliario. Manuscrito en pergamino del siglo XIII. En la Catedral de Pamplona. (283 x 183 mm.)

La encuadernación se realiza en plata repujada, cincelada y dorada.
Sobre la huella gótica, los motivos ornamentales dejan ver una mano renacentista.
Regla de San Benito. Manuscrito del siglo XIII procedente del monasterio de Las Huelgas de Burgos, se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. (350 x 250 mm.)

Se trata de una encuadernación en piel cuya ornamentación se compone en dos orlas formada por hilos en seco que reciben series de hierros de inspiración heráldica como águilas, leones, castillos…
En el centro del recuadro interior cuyos vértices se unen en sus ángulos por cuerdas de botones se aprecian flores de Lis. Se utiliza como material el cordobán morado. Hay huellas de corchetes.
Alfonso X el Sabio. Código de las Siete Partidas. Manuscrito en vitela del siglo XIII-XIV, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (440 x 320 mm.)

Es una camisa de encuadernación que verifica el cariño que tenía Isabel la Católica por sus libros ya que es una funda para protegerlo.
Es de terciopelo picado con decoración en esmaltes moriscos con elementos florales y heráldicos que encajan con los cuatro broches y las dos iniciales regias, la F y la Y.
Alfonso X el sabio. Código de las Siete Partidas. Manuscrito en pergamino de los siglos XIII y XIV. Se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (420 x 300 mm.)

Se trata de una encuadernación de especial significado por dos razones: la primera permite reafirmar el alto aprecio que los propietarios tenían por sus libros ya que en este caso el códice procede del escritorio alfonsí del siglo XIII y está cubierto con una rica encuadernación mudéjar por el propietario, D. Álvaro de Zúñiga y Pimentel, sus armas están grabadas en la tapa superior como principal motivo ornamental, posteriormente seria de la reina Isabel la Católica que lo protegería con una funda de terciopelo de color violeta.
Y la segunda es porque tanto el diseño como alguno de los hierros lo relacionan con otros trabajos que permiten pensar en un mismo origen.
Jacobo de Vorágine. Legenda aurea sanctorum. Manuscrito en pergamino del año 1340, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (380 x 265 mm.)

Se trata de una encuadernación mudéjar heráldica de piel color rojo. En el fondo se utilizan los pequeños hierros, los motivos de laceria con una extremada finura. Esta ordenado simétricamente en dos franjas por encima y dos franjas por debajo de la cruz de Calatrava, orden a la que debió pertenecer el propietario y que mando encuadernar en el siglo XV.
Forma parte del gripo de las encuadernaciones mudéjares heráldicas que llegaron a la Biblioteca Nacional y que relaciona las encuadernaciones españolas con las encuadernaciones góticas europeas de motivos heráldicos.
Los Santos Evangelios en romance. Manuscrito en pergamino del siglo XIV, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (315 x 220 mm.)

En cordobán granate, en el fondo una cruz repujada que en los cuatro ángulos formados por sus dos brazos reciben cuatro estrellas de ocho puntas cada una de ellas.
Se utilizan pequeños hierros mudéjares y puntos cincelados.
La cruz de Jerusalén alude al título cardenalicio de D. Pedro de Mendoza, propietario del libro. La tapa superior aún conserva los broches repujados en la forma bastante común en la Edad Media, de hojas de árbol.
Rodrigo Jiménez de Rada. Historia Gothica. Manuscrito en pergamino del siglo XIV, en la Biblioteca Nacional de Madrid. (270 x 245 mm.)

Encuadernación mudéjar catalán.
Repujado del cuadrifolio y la celada de calidad casi escultórea.
Destacado el color tostado de la piel.
Evangeliario del Cardenal Cervantes, obispo de Ávila, realizado entre los años 1438 y 1442, se encuentra en la Catedral de Ávila.

Encuadernación gótica realizada con plata calada y repujada.
En el centro se dispone el escudo del cardenal.
La encuadernación es de tipo orfebre y se sigue utilizando en la actualidad.
Anicio Manlio Severino Boecio. De consolació. Traducción al catalán por Antoni Ginebrada. Lérida: Enric Botel, realizado en el año 1489, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (215 x 153 mm.)

El manuscrito es un ejemplo de ``media encuadernación´´ que muestra parte de la cubierta de madera y protege la parte más débil del libro, la parte del lomo sostenido por un atril o la mano del que vaya a leerlo es la más protegida por lo tanto. Tiene por lo tanto este tipo de encuadernación una justificación práctica. La encuadernación es contemporánea al libro y los broches originales han sido sustituidos por otros posteriores.
El gofrado de la piel que cubre la encuadernación posee una decoración que es en parte románica dividiendo el espacio en hierros con animales fantásticos entre ellos, en el siglo XV se le añaden elementos en la decoración heráldicos y un punteado simétrico de florecillas.
Encuadernación de tipo árabe datada del siglo XV, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (270 x 270 mm.)

La encuadernación pertenece a uno de los libros árabes que perteneció a El Escorial, manifiesta las características propias de este tipo de encuadernación: motivos decorativos como la lacería, ligereza de la tapa, solapa típica de la encuadernación de cartera y el oro temprano en la encuadernación musulmán que convierte el plano en un pequeño firmamento.
Francesco Petrarca. Represiones y denuestos contra un médico rudo y parlero. Manuscrito en papel del año 1492, en la Biblioteca Nacional de Madrid. (230 x 160 mm.)

Encuadernación gótico mudéjar, en piel gofrada.
El diseño de las dos tapas es distinto, aunque sus elementos decorativos son los mismos, sobriedad en su conjunto, se utiliza dos tipos de hierro dentro de una orla. Existen huellas de clavos y corchetes.
Cançoner dels Comtes d´Urgell. Manuscrito en pergamino del siglo XV. En la Biblioteca Nacional de Madrid. (240 x 170 mm.)

Encuadernación en piel de color castaño sobre tapas de cartón que van montados en una restauración actual que dejan ver los motivos de gofrado que enmarcan la cubierta en un triple recuadro, con hierros geométricos en el interior y heráldicos en los dos exteriores.
Los fragmentos que se encuentran pertenecen a la tapa superior, al lomo y a la solapa de encuadernación de cartera en doble pico.
Nicolaus de Lyra. Postilla super Psalterium. Basileae: Michael Wenssler, del año 1475, se encuentra en Segovia, en el Archivo-biblioteca de la catedral. (327 x 241 mm.)

Es una encuadernación mudéjar con la típica estrella en el centro que combina además los tres elementos típicos de este

Con broches de latón y cuero, herrajes muy bien

Fue donado por Don Diego de Miranda a la Catedral de Segovia.
Missale toletanum. Manuscrito en pergamino del siglo XV, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (270 x 210 mm.)

La encuadernación de este libro se puede

El color de la piel es rojo granate.
El movimiento de las cintas, la armonía en la composición y la ordenación de los hierros contribuyen a la serena animación del conjunto.
Tucídides. Discursos sacados de la Guerra del Peloponeso, en romance. Manuscrito en pergamino del siglo XV, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (420 x 305 mm.)

Esta

El dorado y repujado de las pieles se debe a Martin de Ávila, esta encuadernación tiene un doble motivo heráldico del Marqués, sus armas y la celada morisca, que predominan sobre los otros aspectos que lo decoran.
Además en la tapa del libro se utiliza también

Francisco Eximesis. El carro de las donas. Manuscrito en vitela y papel, del año 1473, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (320 x 220 mm.)

El manuscrito tiene una encuadernación gótico mudéjar en un muy buen estado

Se conservan, casi completos, los bollones de cascabel y los broches originales. Además como

El manuscrito procede del escritorio

Juan de Pastrana. Compendium grammaticae. Es un manuscrito realizado en papel del año 1462 y se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (300 x 205 mm.)

El manuscrito esta encuadernado de forma

Se cuidan losa bollones y broches se han convertido en motivo protector y decorativo.
San Juan Crisóstomo. Contra anónimos… versión latina de Ambrosio Traversari. Manuscrito realizado en pergamino datado del siglo XV, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (240 x 155 mm.)

Se trata de una encuadernación mudéjar de lacería cercano a las encuadernaciones islámicas.
Se encuentran elementos como cintas en movimiento, hierro funicular y puntos grabados a cincel.
Refleja una impresión armónica dentro de la orla de filetes múltiples.
Perteneció a la biblioteca del Marqués de Santillana, conocida por ser rica en manuscritos mudéjares.
Psalmi et odae cum catena. Manuscrito en papel del año 1556, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. (360 x 240 mm.)

Es la encuadernación de un libro que perteneció al cardenal Mendoza, conserva del arte mudéjar los hierros que rellenan las orlas exteriores.
Todo lo demás es Renacentista y Plateresco.
Encuadernación en pergamino en forma de cartera del siglo XVI, localizado en la Biblioteca Nacional de Madrid. (400 x 290 mm.)

En el siglo XVI aún se sigue utilizando la encuadernación mudéjar e islámica, aunque este tipo de encuadernaciones servía para la acumulación de documentos.
Piel en color granate y sobre esta gofrado y uso del buril que se conseguía cosiendo el correal.
La decoración combina con otros elementos y ya no es tan estricto sobre los materiales que admitía la técnica del gofrado, aun se utiliza hay en día.
Valoración personal
Las obras tratadas son de una increíble belleza aun solo refiriéndonos a las tapas, se utilizan unas técnicas que conllevan un gran trabajo y esfuerzo para crear todos los elementos decorativos, con pequeños hierros de una gran variedad, cintas, estrellas, elementos o motivos geométricos etc… que no solo dan vida al exterior del libro sino que además protegen su interior. Es una lástima que la mayoría se hayan perdido o sustituido para conservan el interior ya que pienso que tanto este como el exterior son importantes. Y no solo es artista quien realizaba las miniaturas del interior del manuscrito, se debería considerar también artista a todo aquellos que realizaban la increíble obra del encuadernado y su decoración.
Bibliografía
· http://www.todolibroantiguo.es/encuadernacion/encuadernacion-edad-media.html
· http://www.mcnarte.com/app-arte/do/show?key=encuadernacion
· Historia ilustrada del libro español. Los manuscritos. De la biblioteca del libro y bajo dirección de Hipólito Escolar. Fundación German Sánchez Ruipérez
· http://www.oocities.org/zaguan2000/211.html#em
· El arte de la encuadernación, Monje Ayala, Mariano, Editorial Clan
· Apuntes de 1º de bachillerato sobre el encuadernado medieval
Realizado por: Lorena Ruiz
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